sábado, 17 de diciembre de 2011

Regresión de conducta. Los celos

A veces, el comportamiento habitual de la niña o el niño sufre modificaciones.
En ocasiones, cuando no utilizaba el chupete lo vuelve a pedir, cuando ya controlaba sus esfínteres vuelve a hacerse pipí encima o en la cama, o incluso pueden aparecer conductas más agresivas de lo que era habitual en él.

Este tipo de conductas que corresponden a etapas evolutivas anteriores ya superadas constituyen lo que se denomina regresión de conducta. Es como un volver atrás, como si el niño/a, en determinados momentos, quisiera volver a ser más pequeño y por ello manifiesta retrocesos en conductas que ya tenía adquiridas.

¿Por qué se producen estos cambios?
¿Por qué surge esta necesidad de comportarse como un bebé?
¿Hay algún hecho que desencadene estas conductas?

Estos cambios se asocian a los celos, aunque pueden tener otras causas, como la pérdida de un familiar, un cambio en las relaciones familiares, etc.


Los celos se producen por alguna circunstancia que conlleve una vivencia hasta aquel momento. Pueden ser causa de celos el macimiento de un nuevo hermano, una segunda pareja de uno de los cónyuges, la llegada a la vivienda de un abuelo que necesita cuidados especiales o la enfermedad de algún miembro de la familia.

Sea cual sea la causa, hay que tener claro que cuando un niño o una niña está celoso es una criatura que sufre y que está angustiada.

¿Qué hacer ante los celos y como prevenirlos?

Cuando un niño/a manifiesta celos hacia un hermanito o hermanita, es importante que la madre y el padre sean capaces de repartir el tiempo que dedican a cada uno de ellos y no volcarse en exceso en el recién nacido. Enseñar a compartir, hacer participar a los mayores en algunos cuidados del pequeño, no compararlos y educarlos en la diversidad son algunos principios que se deberían tener en cuenta.

El niño o la niña debe ir aprendiendo que no todas las personas necesitan los mismos cuidados y que la afectividad es ilimmitada.

Para prevenir los celos, es importante la preparación de la llegada del hermano/a. Algunas pautas orientativas a tener presentes son las siguientes:

  1. Que los hermanos se lleven 2-3 años, porque así la criatura podrá entender mejor lo que ocurre.
  2. A partir del segundo trimestre de embarazo, explicarle que va a tener un hermanito o hermanita. Estas explicaciones las deberían de dar la madre y el padre conjuntamente, de forma breve y adecuada a la edad del pequeño.
  3. Si hay que cambiar al mayor de habitación, es conveniente no hacerlo justo en el momento del nacimiento de su hermano/a.
  4. Sería impritante que no coincidiera el inicio de la escolaridad con el nacimiento dle nuevo bebé.
  5. Mientras las madre está en el hospital, no deberían modificarse demasiado las rutinas diarias del niño/a.
  6. La primera vez que vaya a ver a su hermanito/a al hospital, sería mejor que el bebé no estuviera en brazos de su madre.
También hay que tener en cuenta que a menudo los celos no aparecen en el momento del nacimiento del hermano ni durante los primeros meses, ya que los bebés, si no son especialmente llorones y difísiles, pasan muchas horas durmiendo y "molestan poco".

En cambio, alrededor del año, cuando sus manifestaciones se hacen más evidentes y empiezan a andar, es como si le quitaran tiempo al hijo mayor y es entonces cuando este manifiesta los celos reclamando la atención de padres y educadores de forma mucho más evidente.

También es importante recalcar que los celos también puede sentirlos el hermano pequeño hacia los hermanos y hermanas mayores.

No debes olvidar que una criatura celosa es una criatura que sufre.

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